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viernes, 7 de marzo de 2014


PARENTALIDAD POSITIVA

¡Buenos días! Todos sabemos que ser madres y padres no es una tarea sencilla y tenemos muchas dudas de cómo actuar en distintos momentos del día. No podemos olvidar que somos humanos y las emociones forman parte de nuestra vida, por lo que tenemos que aprender a convivir con ellas (ira, alegría, tristeza, amor...). Aquí os propongo algunas ideas para pensar antes de actuar y no dejarnos llevar por nuestras emociones, de forma que eduquemos a nuestros hijos desde una parentalidad positiva. Vamos a ver qué nos piden nuestros hijos e hijas.



CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

No me des todo lo que te pido. A veces sólo lo hago para ver hasta cuánto me puedes dar.
-  No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
- Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo, pero también si es un castigo.
-  No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o con mi hermana. Si tú me destacas por encima de los demás, alguien va a sufrir, y si me infravaloras, seré yo quien sufra.
-  Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
-  No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
- Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué lo he hecho. A veces ni yo mismo lo sé.
-  Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir también mis equivocaciones.
-  Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos, ya que porque seamos familia, eso no quiere decir que no podamos ser también amigos.
-  No me digas que haga una cosa si tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
- Cuando te cuente un problema mío, no me digas: No tengo tiempo para “boberías” o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme.
-  Y por último “QUIÉREME Y DÍMELO”, a mí me gusta oírtelo aunque tú no creas necesario decírmelo.


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