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martes, 3 de febrero de 2015

¡Educar las emociones es un proceso largo y lento pero lleno de ventajas!

 Las emociones están integradas en nuestras vidas y forman parte de  la personalidad. Desde el nacimiento, el entorno está entretejido por las emociones vividas y experimentadas día a día.
La familia es el primer referente social que tiene el bebé al nacer. El entorno le proporciona modelos a imitar, el contagio emocional es constante en las relaciones niño-adulto. Con el trascurso del tiempo los modelos o referentes sociales varían. Al llegar a la escuela el educador entra a formar parte de esos modelos y proporciona estímulos diferentes a imitar. Con la adolescencia el modelo o referente social pasa a ser el grupo de pertenencia y la relación entre iguales.
Por imitación se aprende a expresar las emociones de los adultos, especialmente las manifestaciones de los padres, compañeros y educadores del entorno.
Cada vez más las emociones se van diferenciando entre sí y se van manifestando con mayor rapidez, intensidad y duración, pudiendo llegar a transformarse en sentimientos (Bisquerra, 2000)  

Es importante enseñar a los niños a comprender y comunicar sus emociones, experimentándolas y sintiéndose a gusto con ellas.

Los cuentos están llenos de personajes que viven situaciones  diversas, pasan penas, alegrías, sustos, enojos, vergüenzas,…Vivir y hacer vivir las emociones que nos transmiten los demás facilita descubrir nuestras propias emociones.
Se pueden descubrir cosas nuevas en un cuento, además de disfrutar de una historia divertida y trabajar las emociones a través de personajes de ficción.

La colección “El abecedario de los sentimientos” de Violeta Monreal (Ediciones Gaviota) cuenta con veintisiete cuentos ordenados según el abecedario. Cada letra trata de un sentimiento y su complementario. Todos los cuentos siguen el mismo esquema: un niño o niña tiene un problema en la vida real, relacionado con el sentimiento que trate. Entonces aparece un “personaje de fantasía” que, a veces ayudando otras fastidiando, provoca que el problema inicial se solucione. En todos los relatos aparecen los “filins” que representan el lado positivo y negativo de cada emoción y ayudan a comprenderla. Al final, da una receta para solucionar cada conflicto emocional. 
En la colección existe un libro más, es “¿Qué sientes?, se trata de un cuaderno de actividades

Creemos que se trata de una buena herramienta de apoyo en la educación explícita de las emociones. No son libros de texto ni fichas para hacer en clase, utiliza el cuento para dar nombre a cada sentimiento y conocerlo. Como señala la propia Violeta Monreal:  “Empecé a darle vueltas a una forma de hablar de sentimientos que no cayera en el didactismo ni en el paternalismo. Así que el resultado ha sido un proyecto que combina textos de interés para los niños con imágenes muy cuidadas”.

La autora dirige los libros inicialmente a niños/as a partir de seis años, pero consideramos que se pueden trabajar perfectamente en el segundo ciclo de E. Infantil con las adaptaciones oportunas (lectura en conjunto, explicaciones adaptadas, etc.).

Una de las ventajas de la obra es que recoge un abanico extenso y representativo de los sentimientos más comunes que ayudarán a madurar a los niños. Realmente no hay en el mercado una colección tan amplia y sobre todo,  dirigida a niños/as tan pequeños. Según Violeta Monreal, “lo que sí había antes era una serie de “estudios de los sentimientos desde el punto de vista psicológico, histórico y casi diría que filosófico. Yo he partido de algunos de esos estudios, que están hechos siempre desde el punto de vista de un adulto, y los he adaptado para crear esta colección dirigida fundamen­talmente al mundo infantil”.

La autora sigue cuatro principios en su elaboración. Uno, que sea divertido, y para niños pequeños no hay nada mejor que contar una historia. Segundo, pretende facilitar la comunicación entre niños/as y adultos. Tercero, fomentar el gusto por imágenes bellas, para lo que utiliza imágenes elaboradas por ella. Y cuarto, el autoconocimiento, “pretendemos que los niños se comprendan a sí mismos y a los demás desde un punto de vista abierto”. 

En nuestra revisión de la colección hemos elaborado una ficha por cada cuento. En ellas recogemos la información básica como es el título, un breve resumen de la historia y los valores que trabaja. Además, proponemos un guión de actividades para realizar con cada libro. Hay una propuesta común a todos los cuentos y una propuesta específica para cada emoción.

La parte común a todos sería:
-       Lectura del cuento en voz alta.
-       Explicación de las emociones trabajadas en el cuento.
-       Expresión facial y corporal de la emoción.
-       Explicar los personajes que intervienen, qué representan.
-       Escenificar o dramatizar la situación del cuento.
-       Dibujamos los “filins”.
-       Aprendemos la receta final.
-       Creamos un mural de recetas mágicas para controlar las emociones y las vamos colgando en el “Rincón de las emociones”.  

La propuesta específica de cada cuento varía según la emoción que trate.
Si pinchas en las imágenes verás algunas de las fichas elaboradas con la propuesta de actividades.

 GRATITUD

IRA


 VAGANCIA

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