Las emociones
están integradas en nuestras vidas y forman parte de la personalidad. Desde el nacimiento, el
entorno está entretejido por las emociones vividas y experimentadas día a día.
La familia
es el primer referente social que tiene el bebé al nacer. El entorno le
proporciona modelos a imitar, el contagio emocional es constante en las relaciones
niño-adulto. Con el trascurso del tiempo los modelos o referentes sociales
varían. Al llegar a la escuela el educador entra a formar parte de esos modelos
y proporciona estímulos diferentes a imitar. Con la adolescencia el modelo o
referente social pasa a ser el grupo de pertenencia y la relación entre
iguales.
Por imitación
se aprende a expresar las emociones de los adultos, especialmente las manifestaciones
de los padres, compañeros y educadores del entorno.
Cada vez más
las emociones se van diferenciando entre sí y se van manifestando con mayor
rapidez, intensidad y duración, pudiendo llegar a transformarse en sentimientos
(Bisquerra, 2000)
Es
importante enseñar a los niños a comprender y comunicar sus emociones, experimentándolas
y sintiéndose a gusto con ellas.
Los cuentos
están llenos de personajes que viven situaciones diversas, pasan penas, alegrías, sustos,
enojos, vergüenzas,…Vivir y hacer vivir las emociones que nos transmiten los
demás facilita descubrir nuestras propias emociones.
Se pueden
descubrir cosas nuevas en un cuento, además de disfrutar de una historia
divertida y trabajar las emociones a través de personajes de ficción.
La colección
“El abecedario de los sentimientos” de
Violeta Monreal (Ediciones Gaviota)
cuenta con veintisiete cuentos ordenados según el abecedario. Cada letra trata
de un sentimiento y su complementario. Todos los cuentos siguen el mismo
esquema: un niño o niña tiene un problema en la vida real, relacionado con el
sentimiento que trate. Entonces aparece un “personaje de fantasía” que, a veces
ayudando otras fastidiando, provoca que el problema inicial se solucione. En
todos los relatos aparecen los “filins” que representan el lado positivo y
negativo de cada emoción y ayudan a comprenderla. Al final, da una receta para
solucionar cada conflicto emocional.
En la
colección existe un libro más, es “¿Qué sientes?, se trata de un cuaderno de
actividades
Creemos que
se trata de una buena herramienta de apoyo en la educación explícita de las
emociones. No son libros de texto ni fichas para hacer en clase, utiliza el
cuento para dar nombre a cada sentimiento y conocerlo. Como señala la propia
Violeta Monreal: “Empecé a darle
vueltas a una forma de hablar de sentimientos que no cayera en el didactismo ni
en el paternalismo. Así que el resultado ha sido un proyecto que combina textos
de interés para los niños con imágenes muy cuidadas”.
La autora dirige
los libros inicialmente a niños/as a partir de seis años, pero consideramos que
se pueden trabajar perfectamente en el segundo ciclo de E. Infantil con las
adaptaciones oportunas (lectura en conjunto, explicaciones adaptadas, etc.).
Una de las ventajas
de la obra es que recoge un abanico extenso y representativo de los
sentimientos más comunes que ayudarán a madurar a los niños. Realmente no hay
en el mercado una colección tan amplia y sobre todo, dirigida a niños/as tan pequeños. Según Violeta
Monreal, “lo que sí había antes era una
serie de “estudios de los sentimientos desde el punto de vista psicológico,
histórico y casi diría que filosófico. Yo he partido de algunos de esos
estudios, que están hechos siempre desde el punto de vista de un adulto, y los
he adaptado para crear esta colección dirigida fundamentalmente al mundo
infantil”.
La autora sigue
cuatro principios en su elaboración. Uno, que sea divertido, y para niños
pequeños no hay nada mejor que contar una historia. Segundo, pretende facilitar
la comunicación entre niños/as y adultos. Tercero, fomentar el gusto por
imágenes bellas, para lo que utiliza imágenes elaboradas por ella. Y cuarto, el
autoconocimiento, “pretendemos que los
niños se comprendan a sí mismos y a los demás desde un punto de vista abierto”.
En nuestra
revisión de la colección hemos elaborado una ficha por cada cuento. En ellas
recogemos la información básica como es el título, un breve resumen de la
historia y los valores que trabaja. Además, proponemos un guión de actividades
para realizar con cada libro. Hay una propuesta común a todos los cuentos y una
propuesta específica para cada emoción.
La parte
común a todos sería:
- Lectura del cuento en voz alta.
- Explicación de las emociones
trabajadas en el cuento.
- Expresión facial y corporal de la
emoción.
- Explicar los personajes que
intervienen, qué representan.
- Escenificar o dramatizar la
situación del cuento.
- Dibujamos los “filins”.
- Aprendemos la receta final.
- Creamos un mural de recetas mágicas
para controlar las emociones y las vamos colgando en el “Rincón de las
emociones”.
La propuesta
específica de cada cuento varía según la emoción que trate.
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