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jueves, 14 de enero de 2016

INTRODUCCIÓN A LA DISCIPLINA POSITIVA

Buenos días. Hoy vamos a plantear las estrategias educativas para casa que nos ayudarán a tener un entorno familiar más tranquilo y afectuoso, evitando tanto las rabietas de nuestros hijos como las nuestras propias, cuando nos damos cuenta de que hemos dado unos cuantos gritos y además hemos puesto castigos eternos e inviables, o bien otros, más viables, pero dolorosos, que generan en los niños miedo y rebeldía.
Desde la disciplina positiva se plantean estrategias concretas que nos pueden ayudar a lograr educar a nuestros hijos en la responsabilidad.
Como referencia podemos acudir a:
Jane Nelsen, Lynn Lott y Stephen Glenn. Disciplina positiva de la A a la Z. 1001 soluciones para los problemas cotidianos en la educación de los hijos. Ed. Medici.
Vamos a comenzar con algunas ideas.

Disciplina positiva


La disciplina es una palabra que genera sentimientos negativos para muchos de nosotros.
Entendemos la disciplina como el uso del castigo para lograr el control.

Pero la disciplina positiva no tiene que ver ni con el control ni con el castigo, sino en la confianza de los padres en sí mismos para favorecer el desarrollo y aprendizaje de sus hijos, de manera constructiva, útil, alentadora, afectuosa.
Se basa en relaciones de respeto mutuo en que los padres se respetan a sí mismos y a sus hijos. Si sólo se busca cubrir las necesidades del niño o las de los adultos, no hay respeto mutuo.
Se debe buscar el equilibrio entre firmeza, cariño y respeto, tanto hacia los adultos como hacia los niños, evitando extremos punitivos y permisivos.

La disciplina positiva plantea 27 herramientas básicas que debemos conocer.
Iremos presentando una cada semana, de forma que podamos planteárnosla como deberes para cada día.

Ser amable y firme

Estilos parentales: para comenzar hoy vamos a pensar qué tipo de padre o madre somos. Para ello, os presento los tres estilos principales.
  •     Controlador: tiene todo el poder y sus hijos deben obedecerle, porque él es el padre. Busca culpables y se centra en las equivocaciones, utilizando el castigo para corregirlas. De este modo los niños crecen en el miedo y/o la rebeldía.
  •     Permisivo: se centra exclusivamente en las necesidades de sus hijos y se siente culpable de las equivocaciones de tengan, tratando de evitarles el sufrimiento. Con ello también les evita el aprendizaje, siendo sobreprotectores.
  •     Amable y firme: su hijo forma parte de la familia, teniendo en cuenta las necesidades de todos los miembros de la misma. Toma distancia ante los problemas y piensa como actuar para favorecer el crecimiento y aprendizaje de los niños. Establece límites de manera afectuosa propiciando la responsabilidad.


Para saber dónde nos situamos nos puede ayudar el siguiente cuadrante:

Autoritarismo
Autoridad
Permisividad
Permiso

Los padres controladores tienden al autoritarismo, los permisivos a la permisividad y los amables y firmes, encuentran el equilibrio entre autoridad y permiso.
No se trata de sentirnos culpables por lo mal que lo hemos estado haciendo, sino de buscar estrategias para establecer límites de manera adecuada. Para ello lo primero es ser consciente de que queremos un cambio y hacia dónde queremos ese cambio.
A partir de esta reflexión podremos ir afrontando los temas que decidamos cambiar uno a uno, evitando agobios.


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