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miércoles, 3 de febrero de 2016

CÓMO SER CONSECUENTE EN EL ESTABLECIMIENTO DE LÍMITES

Seguimos revisando la pautas que desde la Disciplina Positiva nos van a ayudar en la educación de nuestros hijos.
(Disciplina positiva de la A a la Z. Jane Nelsen. Ed. Medici)


SER CONSECUENTE

Si cumplimos lo que hemos dicho que vamos a hacer con nuestros hijos favorecerá la reducción de los conflictos en casa, así como el sentimiento de frustración (“no puedo con ellos”). 
Se trata de, en lugar de solucionar los problemas sobre la marcha, observar atentamente y tomar un plan de acción basado en el respeto por las necesidades de ambos: el niño y nosotros. De este modo no tenemos la sensación de estar dejando de lado nuestros derechos a favor del niño ni utilizamos el castigo como única vía de escape cuando la situación se pone difícil.

Pasos a seguir
Ejemplo
1.   Prestamos toda nuestra atención al problema

Julia molesta a su madre cada vez que ésta intenta hablar por teléfono. Aunque la madre le permite hablar un rato con la persona que está al teléfono, ella insiste y le pega. Su madre decide prestarle toda su atención y observa atentamente la situación.
2.   Reconocemos los sentimientos de nuestros hijo y les concedemos lo que quiere en un mundo imaginario (“ojalá pudiera darte todo lo que quieres”).

Le pregunta a Julia si se le ocurre alguna idea para ayudarla cuando quiera hablar sin interrupciones.
La niña responde que no quiere que la madre hable por teléfono en lugar de jugar con ella.
“Me gustaría jugar contigo todo el rato, pero a veces tengo otras cuestiones que atender o personas con las que hablar.”
3.   Les decimos lo que deben hacer, en lugar de lo que no deben hacer.

 “Entiendo cómo te sientes, mira lo que vamos a hacer: cuando coja el teléfono, por favor, ponte a jugar o a dibujar hasta que yo haya terminado. Sé que te costará esperar, pero también sé que eres capaz de hacerlo y ayudarme."
4.   Encontramos una solución con la ayuda del niño.

“Si no me dejas, saldré con él a la terraza y estaré ahí hasta que termine de hablar”
5.   Le explicamos cómo nos sentimos y establecemos nuestros límites.

“Entiendo que te cueste esperar, pero necesito estar más tranquila mientras hablo por teléfono.Cuando intento hablar con alguien y no me dejas, me enfado mucho.”
6.   Actuamos en consecuencia.

La siguiente vez que sonó el teléfono, hizo exactamente lo que había dicho que haría. Le pidió a quien llamaba que esperara un momento, acompañó a la niña a la mesa donde tenía pinturas y hojas para dibujar, y luego siguió hablando.
Cuando la niña se acercó gritando, la madre salió a la terraza y cerró la puerta.

Un azote en el culo en estos momentos, también puede solucionar el problema temporalmente, pero no enseña ninguna de las habilidades que ha aprendido Julia:

  • A mostrar respeto hacia su madre y cómo su madre también la muestra respeto.
  • Que podía colaborar y ser responsable.
  • Que podía sentirse frustrada, ya que no siempre podía salirse con la suya.
  • A establecer acuerdos y cumplirlos.


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